Tuve la alegría, a principios de febrero, de rodar en Barcelona unas escenas de «Atrapa a un ladrón».
Tal vez algunxs sepan que viví muchos años en la capital de Catalunya y allí quedaron seres y sitios adorados que, en estos días, pude visitar.
Uno de ellos es el acuario. Siempre que estaba estresada, cuando residía alli, acudía a buscar serenidad mirando a los habitantes de los mares… y esta vez fueron los pulpos los que me transportaron a un mundo mejor.
Ahí ven mi pie mientras descansaba viendo a los tiburones.