Rossetto: Talento, Lucha, Dignidad

El GM Héctor Decio Rossetto nació un 8 de septiembre de 1922 en Bahía Blanca, y parece fantasía que estemos celebrando hoy su centenario siendo que tan frescos persisten los recuerdos de nuestra infancia; todavía escucho con nitidez el sonido de las piezas a la madrugada buscando la jugada ganadora de una suspendida o lo veo levantarse exaltado de la cama en medio de la noche diciendo “la encontré, la encontré, la tengo ganada!”

Había comenzado a soñar jugadas a la edad de cinco años cuando se encontró con el paisaje que lo acompañaría hasta el final de su vida. Empezaba a descollar esa inteligencia que le hizo titular al Times de Londres: “Argentina tiene un niño genio”. Aún me conmueve su recorrido iniciado en la orfandad al morir su madre a poco de nacer… fueron varias las tragedias familiares que se encadenaron hasta dejarlo solo en el mundo. Así de frágil ingresó a los catorce años a la gran urbe y en Buenos Aires dormía en los cines a falta de hogar. El terco niño ensimismado habría de convertirse en una mítica figura del deporte nacional. La infancia vulnerada daría paso a la leyenda…

Seis veces Campeón Argentino
Gran Maestro Internacional
Tres veces Subcampeón del Mundo, integrando la Generación Dorada.
Medalla de Oro en las Olimpíadas de Helsinki (1952)
Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires.

Dejó sus enseñanzas a grandes personalidades del Siglo XX: Margarita Xirgú, el Mariscal Tito de Yugoeslavia, Humprey Bogart, Marlene Dietrich, Toshiro Mifune, Ernesto Sábato, el cineasta Josep Von Stemberg, Bing Crosby y el Comandante Che Guevara, con quien lo unió la amistad.

El bonaerense ilustre vuelve a la Provincia donde llegó al mundo, donde halló cobijo y encontró el amor, la Provincia que lo convocó para dar clases en cárceles y escuelas y así poder formar nuevos maestros con su legado de resistencia y esperanza.

…”Él siempre creyó en las pestañas sagradas de la noche cuadriculada del caballo y la torre, y eso fue afortunado para todos.
(del poema “El Trébol Blanco” de Oscar Balducci)

Pero, por sobre cualquier celebridad, fue nuestro amado y añorado papá.

Cecilia Rossetto

 

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PRENSA

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11 Septiembre 2022

EMOTIVO HOMENAJE AL GRAN MAESTRO DE AJEDREZ HÉCTOR ROSSETTO

Lo organizó el Instituto Cultural bonaerense junto a la hija del ajedrecista, la actriz y cantante Cecilia Rosetto. 

Entre piezas y planillas, entre gigantografías que lo muestran en partidas memorables y receptor del tributo que le hicieron unos 70 ajedrecistas sobre las tablas, el Gran Maestro del ajedrez Héctor Decio Rossetto fue homenajeado por el Instituto Cultural bonaerense y su hija, la actriz y cantante, Cecilia Rossetto, al cumplirse 100 años de su natalicio.

Desde que Héctor Rossetto falleció, Cecilia se lamenta por no haber hecho suficientes preguntas sobre su vida. Sabe que su archivo personal, que ayer se expuso por único día en el Teatro Argentino de La Plata, es una muestra de lo que fue su brillante trayectoria como ajedrecista y que a muchas fotos que encontró en dos maletas heredadas no sólo le faltan algunos epígrafes, sino varias historias.

La iniciativa fue de la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout, quien sembró en Rossetto la necesidad de compartir lo que tenía de su padre. Ella destaca que no lo hizo sola, sino en equipo; por eso al inicio de la muestra hizo pasar al frente a quienes colaboraron en su armado, Ángela Márquez y Natalia Ferrante; y a la directora de la escuela de ajedrez India de Damas, Carolina Hurtado, la responsable del armado del torneo de partidas rápidas, efectuado para homenajear al Gran Maestro.

La muestra se montó en la Playa Seca del Teatro Argentino. Por un lado, ocho paneles mostraban la historia deportiva del ajedrecista: no sólo imágenes de sus históricas partidas, sino también de planillas originales de las olimpiadas, recortes de diario de la década del ’50 y fotografías con grandes maestros, como Bobby Fischer, y artistas reconocidas, como Marlene Dietrich.

Del otro lado, en varias mesadas vidriadas se ubicaron objetos, recuerdos, medallas, cartas y regalos. Desde una caja de madera obsequiada por el comandante Ernesto «Che» Guevara en 1964 durante el torneo Memorial Capablanca, en La Habana, hasta telegramas del presidente Juan Domingo Perón con felicitaciones por los triunfos internacionales.

Desde días antes de la muestra, Cecilia venía dando rienda suelta a sus emociones. «Guardo todo esto desde que mi papá estaba vivo, los premios me los dio él, le dio algunos a mi hermano, y lo ayudé en algún momento a guardar las fotos, a colocar los epígrafes y es ahora cuanto más pienso es todo lo que no le pregunté», señaló la cantante a Télam y agregó: «Pero algunas cosas me voy enterando por la gente; gran parte de su historia me la cuenta la gente».

«A veces encuentro tarjetas suyas en lugares paradisíacos y pienso en que casa nunca hubo una cámara de fotos y que estas fotos llegaron porque se las daban a él en algún torneo y quedaron archivadas en sus cajas, álbumes«, contó la actriz.

Y añadió: «La realización de la muestra fue un trabajo muy emotivo porque durante un mes y medio revisé todo lo que era de él. Tenía dos maletas grandes y me encontré con cosas que no recordaba que las había recuperado cuando él falleció».

Aunque durante la tarde distintos visitantes plantearon la importancia de que la muestra se exhiba, también, en municipios como Mar del Plata o Bahía Blanca, donde el ajedrecista nació en 1922, la actriz repitió en varias ocasiones que iba a ser poco probable porque no puede pensar «que algunas de esas cosas duerman en otro techo» que no sea el propio.

Trayectoria

Rossetto fue un brillante exponente de la época de oro del ajedrez nacional. Fue hijo de Águeda Boni, que murió a poco de que Héctor naciera, a los 28 años, y de Arnaldo Rossetto, crítico musical, dibujante, escritor, quien decidió que su hijo no iría a la escuela, sino que él mismo le enseñaría lo que consideraba importante y le trasmitió conocimientos sobre opera, mitología griega y ajedrez, juego que comenzó a ordenar cuando tenía cinco años.

«Supongo que fue un niño sufrido, pero tampoco lo dijo. Al contrario, él a menudo decía ‘tuve la infancia más feliz del mundo’, pese a que su padre había fallecido cuando él tenía 16 años«, recordó su hija y analizó: «Creo que tenía una gran resiliencia que hizo de ese chico, que no fue a la escuela, un grande».

A los 20 años Héctor Rossetto ganó el primer campeonato argentino, título que obtendría cinco veces más a lo largo de su vida. Además, participó de los Juegos Olímpicos de Yugoslavia, Finlandia, Holanda, Bulgaria, Suiza y Macedonia, consagrándose subcampeón en los primeros tres.

La primera medalla olímpica fue destacada por Eva Duarte, quien se comprometió a ayudar al equipo económicamente, porque no tenían sueldo ni apoyo oficial hasta ese entonces, y en su primera gira europea.

La participación de Hurtado en el homenaje entusiasmó a la actriz y cantante: era una mujer ajedrecista en un mundo al que ella siempre había asociado a los varones.

«Me pareció maravilloso, me atrajo muchísimo porque en toda mi vida conocí siempre ajedrecistas hombres. Cuando éramos chicos iban a casa campeones mundiales como Bobby Fischer, Vasili Smyslov, Svetozar Gligorić, gente que papá quería mucho, y cuando íbamos a ver un torneo, donde él jugaba, siempre eran todos hombres. Poder realizar este homenaje con una muchacha joven que tiene una escuela de ajedrez en La Plata es maravilloso», destacó la cantante.

En la presentación de la muestra, la hija del Gran Maestro advirtió a los presentes que podrían hablar distendidos hasta que comenzara las partidas, después pidió silencio «porque sino Rossetto se va enojar», dijo entre risas.

La frase quedó flotando en el aire y no fue necesario pedir muchas veces que el bullicio se terminara cuando Hurtado dio la orden para empezar a mover las piezas.

«El silencio era lo más importante», resaltó la mujer y agregó: «Por eso, tengo la voz disfónica porque mi mamá nos hacía hablar con voz baja para que él pudiera descansar porque jugaba de noche y dormía de día. Mamá tenía la misma voz, aunque la mía cambia cuando canto porque al cantar la hipotonía que tengo en las cuerdas se energiza».

La actriz recordó que su infancia no fue como la de otros niños o niñas, y si bien el ajedrez fue quizá una de las piezas más importantes de su vida nunca lo jugó con su padre: «Ahora me gustaría poder jugar. Si hubiera aprendido el 5% de lo que mi papá sabía me hubiera divertido toda la vida», dijo emocionada.

Al Gran Maestro no le gustaba enseñar y su hija considera que «el ritmo que llevaba su cabeza no le permitía sentarse a enseñarle a jugar a quien no sabía jugar«.

«Él contaba que Humprey Bogar (que era presidente de la Asociación de Ajedrez de Hollywood) lo invitó varias veces a su casa a jugar, pero como no jugaba bien él se aburría», recordó entre risas Cecilia y agregó: «Eso no le pasó con el Che Guevara, que era jugador de primera categoría, y papá contó que pasaban muchas horas jugando».

La muestra y el torneo fue transmitido para Holanda y Uruguay, dos de los países desde donde llegaron adhesiones y palabras de homenaje.

Rossetto, fue declarado ciudadano ilustre de la provincia de Buenos Aires en 1991 y notable de la Cámara de Diputados de la Nación en 2002.

En una de los paneles hay una frase de Rossetto que dice: «No recuerdo cuando comencé a darme cuenta del significado de algunos movimientos y posiciones. Siempre acompañado por mi padre y dirigido por él pasé, sin advertirlo, de espectador ignorante a jugador». Falleció el 23 de enero de 2009 y este año hubiera cumplido 100 años.

María Eugenia Suárez

 

 

 

 

 

 

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Una muestra sobre el gran maestro argentino Héctor Decio Rossetto (1922-2009), con motivo del centenario de su nacimiento, se expuso en la Playa Seca del Teatro Argentino de La Plata (calle 51 entre 9 y 10) el sábado 10 de septiembre 2022.

Se incluyeron en ocho panales, objetos, fotografías históricas, recortes periodísticos y anotaciones firmadas de partidas históricas, en varias mesas se ubicaron objetos, recuerdos, medallas, cartas y regalos. Desde una caja de madera obsequiada por Ernesto ‘Che’ Guevara (1928-1967) en 1964 hasta telegramas del presidente Juan Domingo Perón (1895-1974) con felicitaciones por los triunfos internacionales.

La muestra fue rescatada gracias a la labor de su hija, la actriz y cantante Cecilia Rossetto, quien vivió en España de 2001-2008, siendo agregada cultural del consulado argentino en Barcelona. La iniciativa también contó con la presidenta del Instituto Cultural Bonaerense, Florencia Saintout y colaboraron Ángela Márquez y Natalia Ferrante.

La directora de la escuela de ajedrez India de Damas, Carolina Hurtado, fue la responsable del torneo de partidas rápidas, libre, abierto y gratuito, en memoria del gran maestro, en el que participaron un total de setenta trebejistas. Precisamente, Rossetto ganó el torneo Ciudad Mar del Plata en 1949 y 1952, mismo año que, en España, obtuvo el torneo de Barcelona y es que ese 1952 consiguió el triunfo en siete torneos.

A este respecto, su hija Cecilia declaró: «me pareció maravilloso, me atrajo muchísimo porque en toda mi vida conocí siempre ajedrecistas hombres. Cuando éramos chicos iban a casa campeones mundiales (…) y cuando íbamos a ver un torneo, donde él jugaba, siempre eran todos hombres. Poder realizar este homenaje con una muchacha joven que tiene una escuela de ajedrez en La Plata es maravilloso».

Rosssetto fue el segundo ajedrecista con más triunfos de la historia argentina tras Miguel Najdorf (1910-1997). Obtuvo cinco veces el campeonato nacional, el primero con solo diecinueve años (1941, 1944, 1947, 1961 y 1972). Fue miembro de la llamada ‘legión dorada’ del ajedrez argentino, en las décadas de los años cincuenta a los setenta junto a otros grandes jugadores como el propio Najdorf, además de Julio Bolbochán (1920-1996), Carlos Guimard (1913-1998), Erich Eliskases (1913-1997), Herman Pilnik (1914-1981) y Oscar Panno, actualmente con 87 años.

Con ellos compartió los equipos que –contando el apoyo explícito de Eva Perón– lograron los subcampeonatos de las Olimpíadas de Dubrovnik 1950, Helsinki 1952, donde consiguió la medalla de oro como cuarto mejor tablero; y Amsterdam 1954, tres de las seis en las que participó.

En su larga trayectoria obtuvo victorias ante los ex campeones mundiales Alexander Alekhine (1892-1946) y Max Euwe (1901-1981) así como unas tablas ante Bobby Fischer (1943-2008). También derrotó a Víctor Korchnoi (1931-2016), Borislav Ivkov (1933-2022) y Ludek Pachman (1924-2003).

Lo mejor es recordar a cien años de su nacimiento sus propias palabras: «El ajedrez fue para mí solamente un medio de subsistencia, tenía talento y lo usé. Podría decir que no fue una pasión aunque fue el centro de mi vida, mi destino. Pero ni siquiera le enseñé a mis hijos a mover las piezas».

En este sentido recuerda sus inicios: «No recuerdo cuando comencé a darme cuenta del significado de algunos movimientos y posiciones. Siempre acompañado por mi padre y dirigido por él pasé, sin advertirlo, de espectador ignorante a jugador».

Hay una frase de Rossetto que define a Fischer: «Bobby Fischer es un genio, un creador permanente que vivía sobre el tablero y tocaba con música propia».

También jugó con Ché Guevara: «El Ché era un jugador de primera categoría pero no le gustaban las ventajas, entonces yo le jugaba duro y luego le enseñaba dónde había cometido errores. Eso lo entusiasmaba. Me contó muchas cosas de su vida y de los recuerdos que tenía de Buenos Aires, de sus calles y edificios. Me impresionó que, en un momento de la noche y como al descuido, dijo ‘Maestro, yo no me voy a morir en una cama’. Era un hombre íntegro que detestaba las obsecuencias. Murió por sus ideales y sin dejar un solo cobre y sigue siendo una figura inspiradora en lo ético que siempre admiraré».

En el tablero disputó una partida contra el mariscal Tito, presidente yugoslavo muy aficionado a los 64 escaques: «En Yugoslavia conocí al mariscal Tito; nunca llegaré a entender por qué alguien como él fumaba con una larga boquilla de oro y precisaba de un secretario para que le encendiera el cigarro».

Asimismo participó en un torneo de Hollywood en 1945, donde prolongó su estancia, conoció y jugó con Humphrey Bogart (1899-1957), actor muy vinculado al noble juego y del que comentó: «era muy simpático y para nada duro como aparecía en las películas».

También departió con Charles Boyer (1899-1978), Bing Crosby (1903-1977), Carmen Miranda (1909-1955) y la actriz española Margarita Xirgu (1888-1969) así como a Marlene Dietrich (1901-1992), sobre la que dijo: «Se pasaba horas a mi lado contemplando el tablero. Un día había gente hablando fuerte y molestando, ella se giró furiosa y gritó ‘¡qué vergüenza, no molesten al señor Rousetou!’ Me hizo gracia cómo pronunció mi apellido pero me sentí halagado. Solíamos ir a cenar con vino tinto a restaurantes italianos y ella se vestía con ropa sencilla y sin maquillarse».

Se le declaró ciudadano ilustre de la provincia de Buenos Aires en 1991 (había nacido en Bahía Blanca) y notable de la Cámara de Diputados de la Nación en 2002. Su fallecimiento tuvo lugar en 2009 con 86 años y su velatorio en el histórico club Argentino de Ajedrez de Buenos Aires, reposando sus restos en el cementerio 9 de julio. Actualmente una escuela de Ajedrez lleva su nombre.

Nota: Quisiera dedicar este artículo al biógrafo de Rossetto, quien le definió como «caballero del tablero», el periodista argentino de ajedrez Carlos Ilardo.

ADHESIONES

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