En el fulbo es donde se notan las injusticias sociales. El fulbo es lo mejor pa darse cuenta de cómo andan las cosas.
En el fulbo somos todos cantautores. Y qué grande cuando el alma popular se manifiesta en forma mancomunada y solidaria y toda la tribuna empieza a decir: “¡¡Hijos de puta, hijos de puta!!”.
¡Qué síntesis que hay en eso! ¡Qué diferencia con los grandes discursos! Debe ser por esa razón que el fulbo es lo más fácil últimamente… Y, como el país, ¡está todo hecho pelota!
Pero yo prefiero la tribuna porque nos han tocado vivir tiempos difíciles. Sí, señoras y señores, son tiempos difíciles en donde todo es igual y nada es mejor, en que cada vez hay menos puestos y más impuestos, en que cada vez hay menos laburo y la gente necesita más laburo pa llegar al día quince, en que sigue siendo más fácil comunicarse con New York que con el 392, en que sigue siendo más fácil declararse en quiebra que conseguir un pasaje a Brasil, en que tenemos un índice de inflación más alto que el rating del mejor programa de televisión donde un locutor sigue diciendo “todo es maravilloso ¡maravilloso!”.
Y Mirtha Legrand pregunta “¿Cómo es la felicidad en este país?” Y nosotros le preguntamos a Locatti “¿Por qué no nos tiramos todos por la ventana?”.
Son momentos difíciles en que el Clemente de Oro no lo puedo entregar porque no hay más oro, y el Clemente de Plomo no lo puedo entregar porque ya hubo demasiados plomos (no sé si me entienden..)
Y es en estos momentos cuando uno se siente solo en la multitud y multitudinariamente solo… y es en la tribuna, en el estadio, en el fulbo donde se sigue escuchando ese grito desaforado, dicho a veces con bronca pero sincero, de corazón:
¡¡¡VAMOS ARGENTINA, TODAVÍA !!!!
Final del Monólogo escrito para el espectáculo El show de la Rossetto (1981)
Letra: Oscar Balducci
Intérprete y Dirección: Cecilia Rossetto