ANA JARAMILLO PENSÓ ESTA UNIVERSIDAD

NACIÓ DE SU CABEZA… CONSIGUIÓ LEVANTARLA DE LA NADA,
¡Y LA UNLA NO PARA DE CRECER!

Me pregunto cómo tardé tanto en conocer a Ana Jaramillo, esta filósofa y socióloga cuya locura radica en creer fervientemente en sus visiones, tanto que las convierte en realidad y es poderosa por sus obras.

Este proyecto educativo nació en 1995 y hoy se convirtió en un campus al que asisten 18.000 alumnos para capacitarse en diversas carreras relacionadas con los problemas sociales.

Si bien yo había asistido en otras ocasiones a participar de algunas charlas, no había tenido el privilegio de recorrer sus instalaciones de la mano de su creadora y rectora.

El homenaje al Gran Maestro Rossetto se llevó a cabo en la Biblioteca Dr. Antonio Cafiero, quien fue el Gobernador que declaró a mi papá Ciudadano Ilustre de la Provincia. La organización del evento, seguido de un torneo rápido de ajedrez, fue organizado por Juan Loiseau desde la Dirección de Deportes de la UNLA.

Además de haberse abocado Juan, joven militante enamorado de su universidad, a cada detalle del acto supo imprimirle momentos hondamente emotivos.

Entren en www.unla.edu.ar y se encontrarán con las imágenes de los bellos edificios denominados con los nombres de Felipe Vallese, Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Homero Manzi, Tita Merello y Carlos Mujica, entre otrxas.

Podrán recorrer los pasillos por los cuales caminó Evo Morales, Lula, Rafael Correa, Baltazar Garzón o Pepe Mujica además de grandes pensadorxs.

www.unla.edu.ar

Con Ana Jaramillo recorriendo lo que dieron en llamar «Quijotanía», un espacio plagado de molinos de viento hechos con chatarra.

 

Con la Rectora y Juan Loiseau, frente al mural de las Madres de Plaza de Mayo pintado por Jorge Errandonea. En nuestras manos tenemos los libros que intercambiamos. Jaramillo recibió el libro «Rostros en Escena» del artista Oscar Balducci y yo sostengo «Tango. Tratado de las pasiones» de la misma Ana Jaramillo con ilustraciones de Errandonea.

 

Con Ana Jaramillo, su asesor Martín García y Juan Loiseau atravesando «Quijotanía» en dirección al fabuloso estudio de grabación con que cuenta la UNLA.

 

 


Con Ana Jaramillo en su bellísimo despacho cargado de objetos de arte. Aquí con una escultura de Paquita Bernardo (1900-1925) la primera bandoneonista.

 

Juan Loiseau, Director de Deportes de la UNLA y Gustavo Salaberry, profesor de ajedrez en la misma, me entregan una camiseta con el nombre de nuestro padre.

 

Las condecoraciones para los ganadores y participantes del Torneo Rápido de Ajedrez Héctor D. Rossetto.

 

Con Juan Loiseau, Gustavo Salaberry compartiendo uno de los momentos más emotivos para mí, que fue escuchar los relatos amorosos de Leonardo, el último alumno a quien enseñó nuestro padre en su hogar de la calle Curapaligüe.

 

Participantes del Torneo Héctor D. Rossetto en la UNLA.

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