Osvaldo querido, la muerte no existe. Estás en todos los rincones de mi casa, en la letra pequeñita de tus largas cartas plagadas de poesía…
«Un sueño de Marlies y mío es verte por aquí, divisar cómo bajas el Rhin en la embarcación de Sigfrido y oir cómo se van apagando los susurros de las walkirias cubiertos por los compases cantados de Discepolín.» (Linz am Rheim, 2ooo)
LXS ESPERAMOS EN LA DESPEDIDA AL MAESTRO
VIERNES 28/12—-18 hs
PLAZA ALBERTI–ARCOS 2600