Yo estaba casada con Oscar Balducci y, en ese entonces, él había instalado su estudio en un sótano que alquilaba en la calle Moreno al 300 (hace poco pasé por allí y la pequeña puerta que daba acceso al lugar estaba cerrada con un candado y se podía advertir que ha sido abandonado).
Pasaron por ese estudio grandes artistas que fueron inmortalizados por sus cámaras.
Balducci amaba sus elementos de trabajo, claro está. y me propuso fotografiarme con ellos.
¡He aquí el instante!