Adolfo querido, artista sensible, amigo generoso y entrañable.
Nos quedan infinitas noches de fraternal amistad, de cumpleaños, de vino y risas.
Nos quedan tus extraordinarios collages, pensados con ternura, eligiendo vos los retazos compartidos, esos cuadros que nos alegran cada día desde las paredes de nuestras casas.
Todo ese arte que nos regalabas con amor y que con amor guardaremos.