Cada vez que mi papi veía mi nombre mal escrito en una entrevista, en los créditos de una peli o en un cartel callejero, me decía:
«¿A vos no te interesa defender tu apellido? Deberías aclarar a esa gente que se escribe con doble s y con doble t. ¡Es italiano y quiere decir lápiz labial!»
¡A LA ORDEN, MAESTRO QUERIDO!