LA PRIMERA VEZ QUE VÍ UNA FUE DENTRO DE UNA CUEVA SUBMARINA EN PUNTA BALLENA, URUGUAY.
YO ESTABA BUCEANDO CON PABLO ZIEGLER, EL PIANISTA DE PIAZZOLLA Y NOS LA ENCONTRAMOS: ERA PRECIOSA, INMENSA Y DE COLOR VIOLETA, APENAS SI MOVÍA SU CUERPO GELATINOSO, PARECÍA DESCANSAR.
LOS RAYOS DEL SOL DEL MEDIODÍA ATRAVESABAN EL AGUA Y LE PROVOCABAN REFLEJOS MULTICOLORES.
A PESAR DE LOS AÑOS, CONSERVO ESA IMAGEN ONÍRICA Y SILENCIOSA COMO SI FUERA AYER.