A HUGO del CARRIL. POEMA de OSCAR BALDUCCI

Compañero del canto, compañero.
En medio de la yerta soledad
de este tiempo prisionero
tu corazón me abriga y me despierta,
compañero del canto, compañero.

Hay que entender, carajo, que has callado
exilio, infundio y hasta soledades.
De las gracias te debo las mitades
porque te debo lo que no he llorado.
Vos sabrás bien, aunque quizá te calles,
quién llora bien y quién llora de costado.

Compañero del alma, compañero.
Quizá algún día entenderá el capanga
que él también es mensú. Quizá algún día
entenderán los cielos la porfía
del aromo que lucha contra el viento
y la raíz azul del sentimiento
de razón a la rosa, al mediodía.

Quizá algún día estemos todos vivos
en este gris planeta
y reunidos, o ya en la despedida
suene tu voz de tango, enronquecida.

Compañero del alma, compañero.
Compañero del canto, compañero.

(Respondiendo a ustedes, los que me han pedido conocer poemas de Oscar Balducci, les acerco éste dedicado a Hugo del Carril, el inolvidable y amado cantor, actor y cineasta a casi 30 años de su partida)

Foto de «Las Aguas bajan turbias»

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